Wednesday, February 07, 2007

Especial Roma 2007: Lounge




Desacelerar. Ralentizarnos desde nuestras prisas. Por ello la vocación de retornar a la ceremonia del té, a la lectura, a arrellanarnos a un sofá o un cojín mientras nos echan un cuento. Recuperar el tiempo de las siestas, de las mitjiadas.

Así, en Bibli Café (V. dei Fienaroli, 28), hojeas, goloseas o compras un libro, teniendo un patio lleno de mesas por fondo, para lenguetear una infusión o pedir un plato típico. Y en Namastèy (P. del Paradiso, 69), olvidar la claustrofobia que te produce el reducidísimo perímetro del negocio, comprando muestras de té, tomándolo a la mesa, o lanzado en la alfombra que milagrosamente cubre el suelo de una aún más reducida habitación. Beatus ille.