Siempre apostando por la aventura. Nunca mejor denominada una marca como Camper, desde su naming ¿casual? en inglés (camper= ing. 'caravana'). 
Intensa actividad la de vivir. Aún más, si hacemos arte en el lugar de vida. Es la idea que iluminó a José Puig Mundó para exhibir sus obras públicamente en su loft de la calle Juan de Peguera 71.
En medio de Pla Palau, Barcelona. Así, indiferente, en ese escorzo que hace que vayamos a su encuentro visual. Adversiting de guerrilla o ensayo de percepción urbana. Como quiera que sea, desde su anonimato, deja colgando la sorpresa.
En la Plaça de la Llana 7, Jennifer Callahan y Miquel Saurina decidieron abrir su proyecto Persones Llanes. Dos culturas diferentes, la americana de ella y la catalana de él, más el afán de unir voluntades en torno al arte del tricolage. Allí, en su tienda-taller, reciben a una cada vez más creciente comunidad de jóvenes de ambos sexos interesados en asumir ellos mismos la creación de sus prendas de punto. Es una tendencia de los nuevos tiempos, frente a la estandarización del mercado: artes manuales, sello personal.
Bicing es de esos proyectos que te hacen seguir arraigándote en Barcelona. Es una loable idea puesta al servicio de la salud ecológica de la ciudad. Servicio público que está al alcance de quien se inscriba en la pagina web. A precios subsidiados.
No sé cuántos años lleva este mural vendiendo nuestra moral latinoamericana en los límites donde termina el recinto de la Universidad. Iconos reconocibles, los hay. Nada, que la piedra aguanta todo lo que sobre ella pinten.
El concepto es tan sencillo como funcional: crear, en el mismo corazón de la Universidad de Bologna, el oasis adonde pueda refugiarse la poblada comunidad de estudiantes sedientos. Así nació La Scuderia (Piazza Verdi, 2). El lugar más solicitado después de las aulas, bibliotecas y centros de fotocopiado. Creando desde la antigua piedra un espacio de new design.
Aún sabiendo de la artificialidad del espacio, reconozco que el día que hice este reportaje gráfico la atmósfera del restaurant Transilvania (v. Zamboni, 16/b) me transportó a la soberbia guarida del conde Von Drakul.
Via Zamboni es una larga calle estructurada en varios palacios bologneses que acogen la universidad mas antigua del mundo. Por alli se pasea la informalidad propia de los miles de chicos y chicas que la tienen como la casa de estudios más añorada de toda Italia. Como palimpsestos, van colocando sus reclamos: de habitación, bicicletas, materiales, mesas de dibujo, libros usados, compañía...
Más que el acierto composicional, gráfico, colorístico, suelo reverenciar a estos artistas urbanos por su intrepidez. A saber cómo se las arregla el hombre para llegar, sea en la superficie que sea, en la ciudad que sea, a los lugares más inaccesibles. Esta vez, muy cerca de la Fiera de Bologna, a una macroescala, si se le compara con la grúa que se ve delante. Arte de guerrilla, arte de riesgo: escándalo necesario. Grito.
