
Se dice, cual verdad arquetípica, que los romanos son de sangre caliente. Mas bien creo, cuando he estado allí, que son cálidos, literales, espontáneos y latinos. Esto se refleja no sólo en el humeante tráfico de esa inmensa ciudad, sino tambien en sus expresiones culturales y gráficas.
Veáse como advierten del peligro existente en el metro, de contravenir las normas. Las consecuencias: sin eufemismos.