Un baile hace temblar los espacios de calle en cualquier ciudad francesa. Sus oficiantes se niegan a llamarle como primero se le conoció, Tecktonik, ya que una conocida discoteca parisina ha registrado el nombre y lo ha convertido en ropa, gaseosas y cd's. Cuando les hemos preguntado por el género que les hace moverse en medio de esta plaza de Lyon escuchando los compases desde sus respectivos Ipods, sin amplificación, nos han respondido que su baile es Tecnodance, a secas.
Moraleja: ante los jóvenes y adolescentes que se adhieran a una nueva variante musical, recordar que tanta alharaca de marketing más que atraerlos, los dispara hacia las periferias de su rebeldía.
